El entrenamiento de fuerza se basa en la resistencia que puede ser el peso de objetos ajenos al cuerpo, deben moverse o el propio cuerpo que debe ser sostenido o levantado en diferentes posiciones.
¿Cómo saber si estás realizando bien tus entrenamientos y hasta qué punto se consideran de fuerza?
Fuerza máxima:
Es el peso máximo que una persona puede desplazar con un movimiento, el ejercicio se realiza con una carga máxima (95%) o submáxima (85%) de tu peso.
Fuerza velocidad:
La capacidad de superar una resistencia a mayor velocidad, es decir, la potencia, el ejercicio se realiza con cargas de entre 65% y 85% de tu peso.
Fuerza resistencia:
La capacidad del organismo para superar la fatiga en ejercicios de larga duración, el ejercicio se realiza con cargas entre el 50% y 65% del máximo de tu peso.
Beneficios de un entrenamiento de fuerza
Además de aumentar el rendimiento de los músculos, un entrenamiento de fuerza diseñado para cada individuo y sostenido en el tiempo ofrece otros beneficios:
Activa tu sistema cardiovascular:
El ejercicio de fuerza promueve un mayor movimiento de sangre, con la consecuente limpieza del sistema cardiovascular.
Mejora tu metabolismo:
El metabolismo se acelera no solo mientras se realiza el ejercicio, sino también hasta dos horas después de haberlo finalizado. El aumento del ritmo metabólico quema grasas y permite disminuir los niveles de sustancias nocivas en sangre como los triglicéridos y el colesterol.
Obtén una mejor postura:
El entrenamiento de fuerza entrena músculos que habitualmente no se utilizan, pero que son indispensables para mantener una buena postura que evite dolores y sobrecarga en otros músculos.
Evita la diabetes:
Este entrenamiento quema azúcares para obtener energía (metabolismo anaeróbico láctico), es decir que puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre.
Previene las fracturas:
Además de los músculos, el entrenamiento de favorecer también a los huesos, aumentando su densidad. De esta manera, tanto huesos como articulaciones son menos propensos a lesiones y fracturas.
Elimina el sobrepeso:
Cada músculo entrenado requiere más calorías diarias, incluso en los momentos en que no se realiza un ejercicio de fuerza. Este gasto extra de energía ayuda a prevenir la obesidad.
Ya conoces los beneficios que conlleva incorporar a tus rutinas un buen entrenamiento de fuerza ¿Qué esperas para implementarlos?